He estudiado Ed.Primaria y Ed.infantil y soy maestra. Estoy totalmente en contra de los métodos conductistas y en los métodos para ''adiestrar'' niños.
Creo en la importancia de un entorno feliz y estable para que los niños también lo sean, en la educación con respeto, firmeza, empatía, amor, cariño, grandes dosis de paciencia y mucha mucha imaginación.

''Le puedo echar la culpa al ministerio, le puedo echar la culpa al régimen, pero en el aula YO hago la gran REVOLUCIÓN.''

miércoles, 3 de abril de 2013

Buscando otras alternativas

Algunos (vecinos, amigos...) dicen que una buena bofetada/cachete a tiempo cura mil males, dicen muchos de ellos que recibieron alguna que otra bofetada para educar y que no tuvieron ningún trauma, que no salieron tan mal. Y ahí es cuando yo me digo a mi misma ''no habrán salido mal pero estoy segura de que sino hubiesen recibido esas bofetadas para ver quién manda, quién tiene el poder, para educar (como también hace miles de años se pegaba a la mujer por los mismos motivos y ahora, sin embargo, es impensable) hubiesen salido mejor''. Voy a poner un claro ejemplo de lo que me pasó a mi cuando era más pequeña, dicen que echar el tiempo atrás y recordar nuestra infancia nos ayuda a tener más empatía con los sentimientos de los niños, y ya de paso explico mejor cuando digo que sin bofetadas hubiesen salido mejor.

Yo tenía unos 13 años cuando empecé a discutir con mi padre, no recuerdo la razón de la discusión, solo recuerdo que estábamos en el pasillo de casa (mi madre también estaba), seguramente que yo me empecé a enfadar con él porque le pedí algo que no me dejaba, empezamos a discutir, y yo cabreada y en un acto de rebeldía algo le dije (no me acuerdo el que) que, por la forma en qué actuó, le puso de muy mala leche, le superó la situación, perdió la paciencia y me pegó en la espalda. Hasta mi madre le dijo que se había pasado. ¿Cómo actué yo después de esto? me fui derechita a mi cuarto a llorar, llorar de impotencia. Sentí indignación, rabia, impotencia, incluso hasta odio a mi padre y con cero ganas de arreglar las cosas con él. Vale, reconozco que yo no actué bien y que algo le diría que le sentó mal, a el se le fue de las manos y por eso actuó así, raro en él porque mi padre es una persona muy tranquila.

¿Hizo mal mi padre? Si, pero somos humanos y nos equivocamos.¿Tuve o tengo algún trauma? esto es relativo, a continuación lo entenderéis: ¿Aprendi algo de ello? esto también es relativo, aprendí que daba igual lo que hiciese porque no serviría de nada, aprendí que los adultos tienen el poder y los niños simples sumisos, aprendí a tener miedo, no respeto, pero sobretodo aprendí a resignarme y a callarme. Por tanto...trauma trauma no sé, pero marcó parte de mi autoestima.

¿Se podía haber resuelto el conflicto de otra manera? Claramente, si. ¿Cómo? Se me ocurre que mi padre podría haber hecho lo siguiente, haber actuado de una manera más respetuosa, siendo él el adulto y por tanto teniendo muchas más herramientas que yo para autoregularse podría haberme dicho que en ese momento no quería hablar de ese tema, que estába enfurecido y ambos muy nerviosos, que nos fuésemos y que cuando nos tranquilizásemos hablaríamos del tema sin falta. Yo me hubiese ido a mi cuarto, pero con otra sensación y mi padre con otra.  Hubiésemos podido hablar y solucionar el problema de una manera mucho más respetuosa y, sobretodo, nadie hubiese perdido.

¿Se ve la diferencia? pues desde aquí quiero decir a todas esas personas que dicen que no tienen traumas por bofetones o cachetes, que somos humanos y cometemos errores, pero que, a su vez, hay otras formas de hacer las cosas y resolver los conflictos. Es un trabajo costoso por toda la carga emocional que tenemos de nuestra infancia y porque a veces repetimos patrones. Pero que sepamos que hay otras maneras mucho más respetuosas, y que sin bofetones y cachetes también se puede educar, hay que hacer un trabajo personal, un gran esfuerzo.

Debo de decir que en mi infancia no fueron comunes los golpes, ni cachetes, ni bofetadas, dos veces en mi vida me dieron (se les iría de las manos), no era una rutina casi diaria ni mucho menos. Solo he querido relatar esa experiencia para que la gente comprenda que hay otras alternativas

5 comentarios:

  1. Me ha encantado Lorea, que bien explicado, argumentado, corto y al grano, genial para que lo lean muchas personas que se me ocurren. Gracias por compartir tu vivencia tan dura. Saludos. Macu

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  2. Gracias por compartirlo y hacer este camino.

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  3. Esa es mi Lore ahí reflexionando sobre el tema; los ejemplos son muy claros. Yo también opino que "trauma" en sí nadie tiene por haberle dado una bofetada (de hecho a mí también me la han dado) parto está claro que dicha "bofetada" es por pérdida del control por parte de un adulto (ya sean padres, educadores, amigos...) y que todos somos HUMANOS por tanto en un momento dado a cualquiera de nosotros se nos puede escapar alguna cuando nos supera una situación y creo que no podemos usarlo como rutina ya que tenemos otras herramientas como tú bien has descrito tranquilizarnos puede ser el primer paso porque en "caliente" no se puede dialogar; hay que llegar a un consenso entre el adulto y el niño respetando los límites según la edad. Y que no lo hagan por "miedo" si no por respeto de cara a la convivencia. El miedo sólo genera más miedo, o, en su defecto odio, resignación o rebeldía.Cómo queremos educar a nuestros hijos/niños/adolescentes? ¿Qué herramientas queremos ponerles a su disposición para el día de mañana sean capaz de salir airosos de una situación semejante con sus hijos o con sus semejantes?

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  4. Esa es mi Lore ahí reflexionando sobre el tema; los ejemplos son muy claros. Yo también opino que "trauma" en sí nadie tiene por haberle dado una bofetada (de hecho a mí también me la han dado) parto está claro que dicha "bofetada" es por pérdida del control por parte de un adulto (ya sean padres, educadores, amigos...) y que todos somos HUMANOS por tanto en un momento dado a cualquiera de nosotros se nos puede escapar alguna cuando nos supera una situación y creo que no podemos usarlo como rutina ya que tenemos otras herramientas como tú bien has descrito tranquilizarnos puede ser el primer paso porque en "caliente" no se puede dialogar; hay que llegar a un consenso entre el adulto y el niño respetando los límites según la edad. Y que no lo hagan por "miedo" si no por respeto de cara a la convivencia. El miedo sólo genera más miedo, o, en su defecto odio, resignación o rebeldía.Cómo queremos educar a nuestros hijos/niños/adolescentes? ¿Qué herramientas queremos ponerles a su disposición para el día de mañana sean capaz de salir airosos de una situación semejante con sus hijos o con sus semejantes?

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  5. Gracias Nai! no siempre se tiene mucho apoyo cuando alguien piensa así, aunque hay que reconocer que cada vez haya más gente que quiere otras alternativas, opciones, modos de criar / educar / enseñar, y que se queda estancado en los métodos arcaicos y obsoletos de antaño

    Gracias por compartir tu opinión conmigo, se agradece muchísimo :)

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